lunes, 6 de diciembre de 2010

Manifiesto mis ganas de reír.

Porque creemos que la risa está en peligro de extinción, queremos preservarla y estimularla.

Hace tiempo que la risa quedó relegada a los confines de la agenda y todos la empezamos a olvidar. Lo curioso es que si nadie la ve, ¡nadie la extraña! Nos acostumbramos a vivir sin risas.

No queremos que la risa muera dejando al entrecejo fruncido para siempre. Si desaparece, con ella se irán la alegría y la felicidad.

La risa es medicinal, tiene efectos terapéuticos: libera las tensiones, levanta la autoestima, hace sentir bien y roba una sonrisa a los otros.

Sabemos que una sonrisa no le cuesta a nadie. Además se puede sonreír y hacer otras cosas al mismo tiempo: caminar, conversar… ¡hasta trabajar se puede!

¿Qué pasa que ya nadie ríe?
LA VIDA PASA… la vida, el trabajo, el dinero, los impuestos, el discurso del gobierno de turno: problemas de la sociedad. Estamos preocupados por todo menos por reír…
 No estamos en contra de los horarios, ni de las corridas, ni del trabajo. Pero sí rechazamos que las preocupaciones se pongan delante de la risa.

Manifiesto mis ganas de reír. Y quiero que rías conmigo.

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